sábado, 12 de marzo de 2011

Cantabria Infinita

El Brusco, Sonabia e Islares. Esas han sido las tres paradas de la escapada de un día que hemos hecho hoy a Cantabria.

Playa de Trengandin, al fondo el Brusco

Después de un completo cambio de planes en el último momento, la idea era ir a Bakio, decidimos ir a dormir a Laredo para ahorrar una hora de madrugón y poder llegar a tiempo para la plea a Noja. Una vez allí y después de dar mil vueltas por el pueblo buscando el camino a la playa del Ris sin pasar por la carretera cortada, descubrimos que no rompía como esperábamos. Tras otras cuantas vueltas por Noja llegamos al Brusco. Allí rompían olas de 1-1,5 metros, verticales, y muy tuberas. Aun así alguno de nosotros ha estado a punto de no entrar por culpa de la masificación de los distintos picos. Al final ha resultado ser un baño bastante decente, con algún percance en tablas recién arregladas, o algún cántabro haciendo honor a la fama que tienen, sin ánimo de ofender ni de generalizar.



Sonabia
Lo siguiente ha sido comernos un bocata viendo las olas en Berria, juzgando si merecía la pena aventurarse en esos pepinos que caían barriendo aleatoriamente algunas secciones de la playa. Evidentemente hemos decidido huir de allí e ir a ver Sonabia, no solo por las olas, sino por disfrutar un poco del litoral de Cantabria. Hemos acabado entrando a unas olas que rompían muy secas sobre un banco de arena, aunque la playa estaba un poco desfasada y las olas cerraban demasiado. A pesar de todo, la satisfacción de las vistas del Candina y la soledad de esa cala, han hecho que el baño merezca la pena.


Un descansito en la ballena de Oriñón, algo para quitar el hambre en un bar y a ver Islares, por si acaso seguía rompiendo con la marea media. Efectivamente ahí seguían cayendo izquierdas y derechas, y cada vez había menos gente en el agua. Lo único el cansancio ... qué cansancio? Al agua a descansar. Las olas rompían cada vez más cerca de la orilla y costaba mas que llevasen, por culpa de la subida de la marea, pero en casi una hora de baño hemos podido rascar algo.

Solo hemos sufrido una baja por enfermedad, o corte de digestión o simplemente cansancio, pero confiamos en que Mikel esté preparado para mañana una sesión en el Akanti.


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